La regla de oro es no endeudarse más de lo que se gana con las tarjetas de crédito...
“Equilibra tus necesidades a tus ingresos
y no serás ni pobre, ni rico. Sino
simplemente un afortunado…”
(Chilón de Lacedemonia)
Un apreciable número de familias de la región afronta serios problemas económicos originados por el empleo de las populares tarjetas de crédito.
Sus deudas son consideradas impagables y, a manera de disculpa, solicitan a las entidades financieras orientarlos en forma adecuada para evitar esta clase de conflictos.
El uso del denominado dinero plástico surgió en nuestro medio hace algunos años.
Consiste en acudir a los innumerables establecimientos de crédito existentes, malls o consorcios comerciales solicitando dinero, un artefacto u cualquier otro producto.
Como la cancelación no es inmediata, en ocasiones el préstamo genera altos intereses y es entonces cuando empiezan las dificultades.
Al respecto existen algunas explicaciones concretas. Una de ellas es el efecto sicológico de la imitación en el sentido que si el amigo o vecino adquiere algo, una persona opta por hacer lo mismo.
Muchas veces se actúa sin medir la responsabilidad de compromiso adquirido, ni hacer una evaluación racional del presupuesto familiar.
En otras circunstancias hay quienes ingresan al sistema de las deudas en base a proyectos sin tener la seguridad del dinero que se va a recibir.
Por último, el hecho que los hombres utilicen más las tarjetas que las mujeres se sustenta en la vanidad o el equivocado criterio de sentirse exitoso.
Es conveniente reconocer que existen oportunidades en que las mismas entidades crediticias, con la finalidad de asegurar un cliente, no se detienen a efectuar una evaluación minuciosa de los prestamistas.
Sin embargo, la regla de oro del sistema financiero aconseja jamás gastar, ni endeudarse en solicitar créditos que superen lo que una persona gana.
Es oportuno reconocer que, por lo general, los artículos de consumo diario aumentan de precio con el tiempo, a lo que se deben añadir otros gastos, mientras que el salario se mantiene inalterable.
Frente a esta situación es conveniente hacer conciencia de lo que ingresa y aprender a ser feliz con lo que se tiene.
Si los electrodomésticos funcionan bien, no es necesario que todos sean nuevos. Aparte que se debe evitar comprar aquello que no se necesita.
Es la única manera de no verse atormentado por los problemas económicos, las angustias personales y lograr la libertad y el bienestar financiero que nos permiten vivir en paz...
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