Los operativos policiales son necesarios para ordenar el tránsito en Trujillo...
Para el gobierno y sus seguidores, el Perú avanza. Tal vez sea cierto, pero sólo en determinados aspectos.
Porque es fácil detectar las evidentes muestras de retraso, incluso en instituciones tutelares como la Policía Nacional.
Hace unos días, se dio a conocer el calamitoso estado de la infraestructura física de las más importantes sedes policiales de Trujillo.
Defensa Civil del municipio local, luego de una rigurosa investigación, concluyó que dichos locales no soportarían un sismo de nueve grados en la escala de Richter.
Entrevistado sobre el particular, el jefe de la Tercera Dirección Territorial Policial, reconoció la validez del informe y prometió coordinar con el ministerio de Interior para superar el problema.
Conste que la Policía Nacional no solo adolece de ésas deficiencias. Tiene otras necesidades indispensables que no han sido satisfechas.
Como es de suponer, el Estado no siempre tiene la disposición o está en condiciones de proporcionarle las partidas correspondientes.
Sin embargo, existen otras formas que pueden permitir a esta emblemática institución nacional, obtener recursos económicos que podrían aliviar algunas exigencias.
Basta caminar una hora por cualquier parte de la ciudad para comprobar la manera pavorosa como conducen los choferes.
Superan los límites urbanos de velocidad, se paran pegados unos a otros y ninguno respeta la luz ámbar que solo funciona para ellos y no para los peatones.
A toda hora suenan sus bocinas y sirenas, sin que el reglamento de Tránsito, ni la salud de los seres humanos, lo permitan. Los propietarios de los coches particulares ponen lo suyo ocupando las veredas.
Las combis, micros, colectivos y taxis se detienen en el sitio que se les antoja. Aunque la irresponsabilidad es compartida por los malos usuarios que se resisten andar y quisieran subir o bajar en la misma puerta de su casa.
Que decir de los vehículos. Hay carros que arrojan humo toxico en abundancia, en ciertos casos sus ventanas carecen de lunas y algunos no tienen faros.
Ante esta caótica realidad, lo aconsejable es que la Policía efectúe operativos inopinados. Sabemos que posiblemente alteren su programación diaria, pero debemos aceptar que son necesarios.
Y sancionen con justicia a los infractores. Ustedes tienen la ley en la mano. Además, cuentan con el total respaldo de la población.
Porque está comprobado que solo con las multas los conductores aprenderán a respetar las normas de tránsito.
Al final ganaremos todos. Tendremos una ciudad ordenada y ustedes obtendrán el dinero que servirá para invertirlo de la mejor manera.
Por lo demás, el alto comando estará orgulloso de la iniciativa y la eficiente labor de los efectivos de la Dirtepol…
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