Excelente muestra del hombre invisible que concita la atención en el centro de Pamplona en los Sanfermines... (Reuters)
Los Sanfermines de Pamplona constituyen una de las fiestas más famosas de España. Se realizan todos los años en la capital de Navarra, al norte del territorio.
La celebración, que se remonta a la época medieval, se inició hace una semana y tiene un impresionante arraigo, incluso a nivel internacional.
Algunos consideran que su prestigio se compara al renombre del Carnaval de Río de Janeiro, Brasil o la Feria de la Cerveza de Munich, Alemania.
Los festejos empezaron al mediodía del domingo pasado con el lanzamiento del tradicional “chupinazo” o cohete desde el balcón del ayuntamiento de la ciudad.
Simultáneamente desfilaron por sus calles cientos de personas vestidas íntegramente de blanco luciendo pañuelos rojos en el cuello y batiendo otro con las manos.
Durante el tiempo que dura la conmemoración, se efectúan cerca de quinientos actos festivos, conciertos musicales y ocho encierros.
Destaca la tradicional y peligrosa corrida desde el corral de encierro hasta la plaza de toros en que la gente se desplaza delante de los animales a toda velocidad para evitar se embestida.
Son 825 metros que deben cubrirse en la empedrada y cerrada vía central. Muchos de los aficionados o turistas sufren heridas debido a las cornadas o patadas padecidas.
Hoy se escenifica la corrida final y por la noche será la clausura del evento al compás de la canción de despedida “Pobre de mí”.
Cuando ello ocurra, todos vivirán momentos de alegría y nostalgia por las intensas emociones experimentadas.
Miles se alejarán apenados de Pamplona, pero con la firme promesa de retornar el próximo año para revivir inusitados instantes de alegría y adrenalina pura…
Los Sanfermines de Pamplona constituyen una de las fiestas más famosas de España. Se realizan todos los años en la capital de Navarra, al norte del territorio.
La celebración, que se remonta a la época medieval, se inició hace una semana y tiene un impresionante arraigo, incluso a nivel internacional.
Algunos consideran que su prestigio se compara al renombre del Carnaval de Río de Janeiro, Brasil o la Feria de la Cerveza de Munich, Alemania.
Los festejos empezaron al mediodía del domingo pasado con el lanzamiento del tradicional “chupinazo” o cohete desde el balcón del ayuntamiento de la ciudad.
Simultáneamente desfilaron por sus calles cientos de personas vestidas íntegramente de blanco luciendo pañuelos rojos en el cuello y batiendo otro con las manos.
Durante el tiempo que dura la conmemoración, se efectúan cerca de quinientos actos festivos, conciertos musicales y ocho encierros.
Destaca la tradicional y peligrosa corrida desde el corral de encierro hasta la plaza de toros en que la gente se desplaza delante de los animales a toda velocidad para evitar se embestida.
Son 825 metros que deben cubrirse en la empedrada y cerrada vía central. Muchos de los aficionados o turistas sufren heridas debido a las cornadas o patadas padecidas.
Hoy se escenifica la corrida final y por la noche será la clausura del evento al compás de la canción de despedida “Pobre de mí”.
Cuando ello ocurra, todos vivirán momentos de alegría y nostalgia por las intensas emociones experimentadas.
Miles se alejarán apenados de Pamplona, pero con la firme promesa de retornar el próximo año para revivir inusitados instantes de alegría y adrenalina pura…
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