Aunque no lo crea, Amanda Beard ha ganado siete medallas olímpicas y puede lograr muchas más en Beijing...
Un acontecimiento pocas veces visto se producirá cuando una bella modelo de Play Boy participe en los Juegos Olímpicos de Beijing que se inauguran el mes entrante.
Se trata de la nadadora norteamericana Amanda Beard, quien llegó a posar con singular éxito en las famosas revistas FHM, en el 2006 y Play Boy, el año pasado.
Meses antes había incursionado en el mundo del modelaje donde se distinguió por su belleza, porte y desenfado para caminar en las pasarelas.
Sin embargo, pocos sabían que Amanda era una aplicada nadadora desde la infancia, lo que le valió clasificar para las Olimpíadas de Atlanta 96, Estados Unidos.
Contando apenas con catorce años de edad, en virtud de las grandes condiciones mostradas en la prueba de 400 metros medley y otras, logró obtener tres medallas.
Más tarde intervino en los juegos olímpicos de Sydney 2000, Australia y Atenas 2004, Grecia. Lo cierto es que a los veintitrés años había ganado siete preseas.
Pero, como el intervalo entre unos juegos y otros es de cuatro años, paulatinamente comenzó a apartarse de las piscinas.
Comenzó a trabajar como modelo, apareció en programas de televisión y diversos shows.
Conocida como “La modelo que nada” recibió numerosas ofertas de renombradas publicaciones que aceptó gustosa.
Los días de las luces la deslumbraban cuando los entrenadores la visitaron para pedirle que vuelva a lo que fue la pasión de toda su vida: la natación.
No puso objeciones. Faltaban cinco meses para las olimpíadas. Entrenó con mucho ahínco, volvió a las competencias y logró las marcas exigidas para una plaza a Beijing.
Pronto la veremos nuevamente representando por cuarta vez a su país.
Y, lo que son las cosas, la joven acaba de recibir una propuesta para aparecer en la portada de un video juego oficial de las olimpíadas.
Un acontecimiento pocas veces visto se producirá cuando una bella modelo de Play Boy participe en los Juegos Olímpicos de Beijing que se inauguran el mes entrante.
Se trata de la nadadora norteamericana Amanda Beard, quien llegó a posar con singular éxito en las famosas revistas FHM, en el 2006 y Play Boy, el año pasado.
Meses antes había incursionado en el mundo del modelaje donde se distinguió por su belleza, porte y desenfado para caminar en las pasarelas.
Sin embargo, pocos sabían que Amanda era una aplicada nadadora desde la infancia, lo que le valió clasificar para las Olimpíadas de Atlanta 96, Estados Unidos.
Contando apenas con catorce años de edad, en virtud de las grandes condiciones mostradas en la prueba de 400 metros medley y otras, logró obtener tres medallas.
Más tarde intervino en los juegos olímpicos de Sydney 2000, Australia y Atenas 2004, Grecia. Lo cierto es que a los veintitrés años había ganado siete preseas.
Pero, como el intervalo entre unos juegos y otros es de cuatro años, paulatinamente comenzó a apartarse de las piscinas.
Comenzó a trabajar como modelo, apareció en programas de televisión y diversos shows.
Conocida como “La modelo que nada” recibió numerosas ofertas de renombradas publicaciones que aceptó gustosa.
Los días de las luces la deslumbraban cuando los entrenadores la visitaron para pedirle que vuelva a lo que fue la pasión de toda su vida: la natación.
No puso objeciones. Faltaban cinco meses para las olimpíadas. Entrenó con mucho ahínco, volvió a las competencias y logró las marcas exigidas para una plaza a Beijing.
Pronto la veremos nuevamente representando por cuarta vez a su país.
Y, lo que son las cosas, la joven acaba de recibir una propuesta para aparecer en la portada de un video juego oficial de las olimpíadas.
Es indudable que la atractiva Beard nació para ganar fama y mucho dinero…
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