Es inaceptable que una tienda no exhiba el valor de los artículos que oferta...
Una de las situaciones que más mortifica a cualquier comprador es la pésima costumbre que tienen los propietarios de algunas tiendas de omitir el precio de los artículos.
No son todos. Pero existen muchos establecimientos que exhiben sus productos sin mostrar su costo.
Frente esta situación, el cliente adopta dos posiciones. Decide preguntar por el valor de los objetos que tiene interés o simplemente decide alejarse del lugar.
Es muy simple. Todo artículo debe incluir lo que cuesta. Queda en cada uno consultar mentalmente con su bolsillo y proceder, o no, a adquirirlo.
El problema se presenta cuando se exhibe algo que puede ser de nuestro agrado, buscamos su monto y no está consignado en ninguna parte.
Hay necesidad de acudir al empleado, si está cerca, para preguntarle o esperar que consulte con el responsable.
Ante otra inquietud es obligatorio volver a lo mismo y lo cierto es que casi nunca existe la disposición de indagar por cada cosa que se vende.
En conclusión. Si usted tiene un establecimiento comercial de cualquier índole, lo aconsejable es colocar su costo en el producto mismo o a su lado.
Se trata de la mejor manera de ofrecer sus mercancías e informar al interesado.
Una vez más, traigo a colación el proverbio chino que dice: “Si piensas abrir una tienda, aprende a sonreír…”
Habría que agregarle: “Y si quieres vender mucho y no incomodar al cliente, ponle el precio a cada artículo…”
No son todos. Pero existen muchos establecimientos que exhiben sus productos sin mostrar su costo.
Frente esta situación, el cliente adopta dos posiciones. Decide preguntar por el valor de los objetos que tiene interés o simplemente decide alejarse del lugar.
Es muy simple. Todo artículo debe incluir lo que cuesta. Queda en cada uno consultar mentalmente con su bolsillo y proceder, o no, a adquirirlo.
El problema se presenta cuando se exhibe algo que puede ser de nuestro agrado, buscamos su monto y no está consignado en ninguna parte.
Hay necesidad de acudir al empleado, si está cerca, para preguntarle o esperar que consulte con el responsable.
Ante otra inquietud es obligatorio volver a lo mismo y lo cierto es que casi nunca existe la disposición de indagar por cada cosa que se vende.
En conclusión. Si usted tiene un establecimiento comercial de cualquier índole, lo aconsejable es colocar su costo en el producto mismo o a su lado.
Se trata de la mejor manera de ofrecer sus mercancías e informar al interesado.
Una vez más, traigo a colación el proverbio chino que dice: “Si piensas abrir una tienda, aprende a sonreír…”
Habría que agregarle: “Y si quieres vender mucho y no incomodar al cliente, ponle el precio a cada artículo…”
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