lunes, 23 de mayo de 2011

ELECCIONES: ¿Y LA IMPARCIALIDAD PERIODÍSTICA…?

La imparcialidad es una de las funciones vitales del periodismo...


“La imparcialidad periodística es la
garantía que el público busca
para poder creer…”
(Javier Darío Restrepo)

La actual campaña electoral para consagrar al nuevo presidente de la República quedará en la historia como la que motivó a que algunos periodistas y medios de comunicación violaran la tesis de ecuanimidad u objetividad informativa.

De manera sorprendente, obviaron uno de los signos distintivos que está estipulado en la declaración de principios y códigos de ética que es la imparcialidad o transparencia.

Según esos documentos, la finalidad del periodismo es decir la verdad y describir la realidad tal como se presenta.

No obstante, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el Perú, ha originado que ciertos medios locales y nacionales, omitan este sagrado precepto.

Olvidando su compromiso explícito con la colectividad y la opinión pública, adoptaron posiciones extremas a favor de uno y en contra del otro candidato o viceversa.

Titulares, informaciones, comentarios y opiniones destacan al aspirante a la presidencia de su preferencia y desdibujan por completo al adversario.

Ante esta situación. ¿Dónde queda la función de imparcialidad periodística y equilibrada orientación a los electores…?

La verdadera misión del periodista es dejar de lado su punto de vista personal y abordar todas las posiciones existentes, aunque no sean de su agrado.

En otras palabras, en el caso de los dos postulantes, revelar las virtudes o bondades, así como los defectos o deficiencias de ambas propuestas.

Al final, expresar que son planteamientos distintos dentro de los que el elector debe escoger aquel que más satisfaga sus aspiraciones.

Tratar solo a favor de uno de los bandos y atacar abiertamente al contrario, es mostrar una identificación y, por lógica, quebrantar el supremo precepto de neutralidad periodística.

Situación lamentable, porque es una demostración que aún no hemos madurado en la difícil tarea de difundir la información con la objetividad deseada.

Sin embargo, debemos considerar que el periodismo íntegro, de mayor poder y credibilidad es aquel que mantiene su independencia y es imparcial.

Aquel que tiene plena conciencia que es el mediador entre los sucesos y el público. Cuyos periodistas saben controlar sus pasiones particulares y están apartados de cualquier tipo de intencionalidad.

Aquel que reconoce que su único compromiso está vinculado al interés de la colectividad y a la formación de ciudadanos que son libres para razonar y actuar por sí mismos…

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