Los frecuentes desaciertos de los congresistas obligan a derogar la inmunidad parlamentaria...
La lección no se aprende. Los integrantes del congreso peruano no cambian. Algunos de ellos siguen cometiendo los errores de siempre.
Siguiendo un cruel designio,
persisten en actos e irregularidades que derivan en escándalos condenados por
la ciudadanía.
Esa es la razón principal que motiva
al congreso acumular más del ochenta por ciento de desaprobación y ubicarse en
el sótano de las encuestas.
La constantemente ocupada comisión
de ética, después de tediosas investigaciones, concluye solo en suspender a los
infractores.
Sin embargo, cuando los
parlamentarios cometen algún delito y el caso es trasladado al poder Judicial,
se amparan con la inmunidad parlamentaria
¿Qué significa eso…? Se lo
explicamos. Es la figura jurídica que establece la imposibilidad de la
autoridad competente para detener o someter a un legislador a un proceso penal
por la posible comisión de un delito.
Debido a ese impedimento, desde hace
tiempo el clamor ciudadano reclama la derogatoria de este innecesario
privilegio que, de alguna manera, contribuye a la corrupción.
Como las denuncias continúan, a
regañadientes, se acordó formar la Comisión de Levantamiento de la Inmunidad
Parlamentaria.
Su objetivo es analizar esta prerrogativa
y terminar por suprimirla, aún yendo con los supuestos intereses o voluntad del
pleno.
Confirmando el desprestigio
institucional, y contra todo lo que se pueda imaginar, la flamante comisión
permaneció inactiva durante más de un año.
Por ese motivo, la convocatoria para
ser instalada hace unos días generó expectativa. Pero, enseguida, vino la
decepción.
No pudo concretarse el acto tal como
estuvo programado debido a la falta de
quórum. El coordinador dejó constancia y lamentó que este asunto, de gran
interés público, no se quiera resolver.
Agregó
que los congresistas Javier Velásquez Quesquén (CP) y Rolando Reátegui (FP), no
asistieron a la sesión de instalación impidiendo completar el número.
Lo inadmisible es que, a la misma
hora de la cita, el aprista fue visto por el corredor de Los Pasos Perdidos del
congreso.
La postergación impidió tratar los casos de
Rofilio Neyra, procesado por mentir en su hoja de vida y cuyo levantamiento del
fuero fue solicitado por el poder Judicial, Heriberto Benítez y Víctor
Crisólogo, vinculados a La Centralita.
Esta
es la deslucida imagen de los legisladores que ocupan una curul y fueron
elegidos por la voluntad popular..
Una
vez en el cargo, el presidente y los congresistas forman una élite política
especial. Se alejan de sus raíces, de su procedencia, del pueblo.
De
manera increíble, dejan de ser como todos nosotros. Se envuelven en una cápsula
que impide someterlos a procesos judiciales cuando cometen acciones dolosas. ¿Es
justo…?
¿Y
la transparencia que debe caracterizar su labor…? La colectividad considera que
la inmunidad parlamentaria debe ser derogada por completo. ¿Usted qué opina…?
No hay comentarios:
Publicar un comentario