Carátula del vespertino Satélite de hoy dando a conocer la infausta noticia. Nos queda el más grato recuerdo del Comandante Burga y doña Isabel Cerro...
Era el verano de 1968 Cálido, pero no lluvioso como los de ahora. Y La Industria estrenaba su flamante sistema offset integral.
Lo mejor de la época. Solo lo utilizaba El Comercio de Lima y nuestra Empresa editora quería marchar al ritmo de los primeros.
Por eso no se escatimó esfuerzo alguno para capacitar en Uruguay al personal que debía manipular las máquinas. Incluso traer expertos de ese país para adiestrarlos en su manejo.
Durante ese tiempo eran frecuentes los viajes del Comandante de la Armada Peruana Alfonso Burga Tello y su esposa María Isabel Cerro Moral.
Ellos estaban pendientes del funcionamiento del nuevo proceso de impresión que mantenemos hasta la actualidad.
Pasaban horas en los departamentos de redacción, fotomontaje, diseño e impresión. El diálogo era constante con los responsables e integrantes de cada sección.
La idea era que todo saliera a la perfección.
-- Las cosas se hacen bien o simplemente no se hacen, solía decir el Comandante Burga, como todos lo conocíamos, siempre a lado de Doña Isabel.
Pero la pareja no viajaba sola. Lo hacía acompañada de los pequeños Luís Alfonso (“Coco”), Ana Isabel (Anabel) y la pequeña María Laura.
Mientras sus padres recorrían las instalaciones del diario, los tres jugaban a las escondidas entre las gigantescas bobinas de papel que venían de Canadá.
Conversaban con los trabajadores con mucha confianza. Eran muy alegres y dicharacheros.
En el verano de ese año, quien escribe estas líneas informó a los compañeros de labores que iba a contraer matrimonio.
Mi novia, ahora esposa, pertenecía a la sección Contabilidad de la Empresa. Era la primera vez que dos trabajadores de La Industria se casaban.
Al enterarse, el Comandante Burga y la Señora Isabel nos dieron algunos consejos, desearon muchas felicidades y obsequiaron el viaje de bodas.
El Comandante Burga falleció hace algunos años. La señora Isabel, está ahora a su lado y las bendiciones que nos dieron, con la gracia de Dios, se cumplieron a plenitud. Nuestra gratitud eterna.
Una real evidencia de su enorme corazón y lo que ambos representaron para la Empresa Editora La Industria y sus trabajadores…
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