Palacios muestra su polo con la inscripción "Te amo Perú", luego del gol convertido en el arco de Chilavert...
Marzo del 2000. Perú y Paraguay chocan en el estadio Nacional colmado de espectadores por las eliminatorias del Mundial Corea-Japón 2002.
La rojiblanca ganaba por uno a cero con anotación de Norberto Solano. Había necesidad de consolidar la victoria.
De repente, hay un tiro libre al costado izquierdo del área guaraní. La bola es retrasada al centro donde la recibe Roberto Palacios.
El “Chorri” emprende veloz carrera y, sobre la marca de tres rivales, dispara fuerte. La pelota se incrusta en la parte alta derecha del arco de Chilavert. Millones de peruanos lo celebran.
Corre hacia la tribuna oficial gritando el gol abrazado por sus compañeros. Levanta la camiseta nacional y, casi entre lágrimas, muestra un polo rojo con la inscripción “Te amo Perú”.
Desde ese instante, la frase quedó perennizada como el símbolo del deporte nacional.
Defendiendo los colores de la selección peruana, Roberto se caracterizó por darse íntegro. Jamás regateó nada.
Lo mismo ocurrió con la camiseta del Sporting Cristal, cuadro del que se despidió hace unos días. Aunque habrá un partido especial para hacerlo de sus hinchas.
Al intervenir lucía lentes oscuros que en ningún momento ocultaron la enorme congoja al anunciar su retiro de las canchas.
Sus palabras fueron interrumpidas varias veces por las lágrimas que brotaron sin lograr evitarlo.
Palacios agradeció a sus compañeros y a quienes contribuyeron a convertirse en un crack.
No pudo seguir. El llanto lo traicionó El coraje y la fuerza que lo identificaron no pudieron contrarrestar la tristeza que significa dejar el fútbol para siempre. ¡Adiós al ídolo…!
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