Los trujillanos recibieron la Navidad con una lluvia persistente...
Desacostumbrada. Por eso llamó la atención. Trujillo vivió ayer una Navidad con cielo nublado y persistente lluvia durante casi todo el día.
La precipitación pluvial empezó minutos antes de la Nochebuena.
Cuando todos nos alistábamos para abrazarnos y ofrecer el tradicional brindis por el nacimiento de Jesús, comenzaron a caer las primeras gotas.
El fenómeno se mantuvo por más de una hora y continuó durante la madrugada.
Lo cierto es que los trujillanos amanecimos sorprendidos por un constante aguacero que se prolongó por la mañana y parte de la tarde inundando algunas avenidas y calles.
Muchas personas que tenían planeado visitar a sus familiares o almorzar fuera de casa desistieron de hacerlo para evitar mojarse.
Es la cuarta vez, en lo que va del mes de diciembre, que nuestra zona es afectada por un chubasco.
Tal situación motiva a pensar que este verano se caracterizará por las permanentes lloviznas.
Recordemos que en la misma temporada de este año prácticamente no llovió.
Sin embargo, ahora el panorama es distinto. Incluso los expertos han pronosticado posibles efectos del fenómeno de La Niña.
A ello deben añadirse las abruptas variaciones de temperatura debido al cambio climático y el calentamiento global.
Eso obliga a los propietarios de viviendas a tomar las precauciones del caso, reforzar los techos y asegurar las canaletas para el desfogue del agua de las terrazas.
Similares acciones de seguridad deben asumir las familias que viven el las áreas marginales de los distritos que rodean la ciudad por estar más expuestas.
Tanto las lluvias como la erosión costera de las playas del litoral invitan a pensar que la temporada veraniega que se inicia será irregular.
La realidad demuestra que, desde hace algún tiempo, Trujillo dejó de ser la Ciudad de la Eterna Primavera.
Épocas de Sol permanente, clima cálido y escasa lluviosidad quedaron en el pasado.
Ojalá que no se pierda el saludo y la cortesía que identificó a la gente que vivió en esta tierra hace cuatro o cinco décadas atrás.
Aunque hay que reconocer que esos pequeños detalles nacieron al calor de los hogares de antaño…
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