El municipio debe ampliar las funciones de Seguridad Ciudadana para contribuir al verdadero ordenamiento de Trujillo...
Una de las creaciones del alcalde César Acuña Peralta para contribuir a disminuir el índice delincuencial en Trujillo, es el sistema de seguridad ciudadana.
Como no existía el presupuesto necesario, se estableció un impuesto que es cobrado mensualmente a la población por el SATT en los recibos de predios urbanos.
En sus inicios, por razones políticas, los efectivos trabajaron en forma aislada, pero ahora cuentan con el apoyo de la Policía Nacional.
Numerosos delincuentes y ladronzuelos han sido detenidos y hasta encarcelados debido a su efectiva labor de vigilancia y acción.
Según el reglamento, su función consiste en recorrer las calles y avenidas de las juntas vecinales en camionetas, motocicletas, bicicletas y a pie.
Debido a su trabajo y por estar distribuidos en zonas específicas de las urbanizaciones, conocen a los vecinos, incluso la actividad que despliegan, así como identifican las tiendas, restaurantes y establecimientos comerciales.
Por esa razón, con el propósito de velar por la tranquilidad y el orden de la ciudad, el municipio debe acordar la extensión de sus atribuciones añadiéndose la de supervisión al paso, lógicamente, sin descuidar su misión primigenia.
Sería, por ejemplo, respecto a quienes extraen la basura de sus hogares fuera de la hora señalada, abandonan materiales de construcción o desmonte en el frontis de sus viviendas o veredas obstaculizando el libre tránsito de los peatones.
También a los propietarios que estacionan sus carros en las aceras, ambulantes que venden vehículos en las avenidas, familias que crían animales en zonas residenciales, bodegas que expenden licor sin estar autorizadas y situaciones similares.
La actividad de los agentes debe ser de observación, advertencia e información en coordinación con las gerencias ediles y la policía para que actúen en caso que los responsables persistan en infringir las normas.
El municipio aduce que no realiza ciertas obras por falta de recursos económicos. No obstante, sin ninguna explicación, abandona su facultad de sancionar a infinidad de infractores.
Debe primar la efectividad en este tipo de tareas en bien del interés colectivo y el ordenamiento de la ciudad al que todos aspiramos.
El personal de seguridad ciudadana tiene la gran oportunidad de justificar su presencia mediante esta importante campaña disuasiva y de control como complemento a su objetivo primordial…
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