La unión de las piedras de Machu Picchu es milimétrica...
Se conmemora hoy el centenario del descubrimiento científico de la ciudadela incaica de Machu Picchu.
Igualmente, un día similar en el 2007, fue declarada como una de las nuevas maravillas del mundo por la UNESCO, en Lisboa, Portugal.
Edificada por la cultura inca a miles de metros de altura y en un lugar casi inaccesible, permaneció oculta a la civilización hasta comienzos del siglo XX.
Geográficamente, se ubica en la vertiente oriental de los Andes Centrales. En la ribera izquierda del cañón del río Urubamba.
Convertida en obligado destino turístico universal, ha sido visitada por investigadores y estudiosos de renombre.
Sin embargo, hasta ahora no se han logrado descifrar los numerosos secretos que encierra dentro de sus linderos.
Algunos de los puntos indescriptibles son representados por las escalinatas laterales de seis, ocho y diez peldaños talladas en un solo bloque de granito.
Los distintos portones, ventanas y hornacinas tienen forma trapezoidal y están colocados con impresionante simetría.
Las paredes se conforman por enormes piedras muy bien talladas colocadas unas sobre otras que no tienen ninguna similitud entre ellas.
Sus constructores no emplearon ningún tipo de argamasa. La unión de los bloques está hecha en tal forma que es imposible introducir siquiera una aguja.
Uno de los grandes misterios de Machu Picchu se relaciona con los instrumentos que emplearon para tallar las gigantescas estructuras, pues solo conocieron el bronce.
Así mismo, la forma como las moles pétreas fueron transportadas, levantadas y empalmadas con milimétrica precisión careciendo de herramientas de hierro, poleas y ruedas.
Es indudable que su construcción requirió un inusitado esfuerzo y una admirable destreza. Propia de un notable talento.
Su magnificencia se complementa con las figuras de cóndores, alpacas y llamas que se aprecian a la distancia bajo los rayos del Sol y en determinadas épocas del año.
Esos incomparables argumentos sirven para otorgar a Machu Pîcchu la categoría de imponente y enigmática joya arquitectónica.
Todo ello le permite figurar en la lista de Patrimonio de la Humanidad desde 1983 como parte del conjunto cultural y ecológico conocido bajo la denominación de santuario histórico.
Un peculiar motivo de orgullo para el Perú y su gente…
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