La luz ámbar no fuinciona en los semáforos de Trujillo
Me encontraba en el cruce de dos transitadas avenidas de Trujillo y los vehículos circulaban en la misma dirección que me dirigía.
Los carros que estaban a mi izquierda se mantenían detenidos, pues el semáforo para ellos estaba en color rojo.
Como era lógico, tomé la decisión de cruzar y cuando había avanzado un buen trecho, el conductor del taxi que tenía al costado no sonó su bocina, sino, “su” sirena, con el añadido de impublicables expresiones en mi contra.
Resulta que el dispositivo regulador de tránsito había cambiado súbitamente su luz roja por la verde, dando libre paso a los automotores.
¿Y la luz ámbar…? Me pregunté para mis adentros. Tal como lo hice hace más de cinco años a través de varios artículos publicados en esta página Editorial, como consta en los archivos de Prensa Virtual Trujillo.
En principio, el chofer tenía razón de incomodarse por mi presencia en sus narices. Aunque el Reglamento de Tránsito establece que el peatón tiene siempre la preferencia.
Lo correcto, ante este imprevisto, era esperar con tranquilidad, por más apuro que tuviera pues, encima todo, prevalece la vida e integridad de las personas.
Este educado comportamiento ocurre en las grandes metrópolis y nosotros estamos a muchos años luz para lograr ser una de esas urbes.
El otro aspecto, es el inexplicable cambio de la luz de los semáforos de la ciudad que teniendo la luz ámbar, sólo funciona en un sentido, perjudicando en forma peligrosa a quienes caminan por las calles y avenidas.
La finalidad de este color es servir de paso intermedio en la variación del verde al rojo y viceversa.
Constituye una advertencia previa a los conductores y viandantes en estas circunstancias.
Fatalmente, en Trujillo, basándose en un pésimo e inexplicable criterio o falta de sentido común, sólo se activa la luz ámbar para indicar a los pilotos que deben detenerse.
No ocurre lo mismo cuando está en rojo y pasa bruscamente al verde. En realidad, el cambio automático debe ser gradual encendiendo las tres luces tanto para parar, como para avanzar.
La situación se agrava, porque en la actualidad no existen semáforos para peatones que les adviertan claramente si tienen el tiempo suficiente para cruzar la calzada.
Si a esto se añade, la sorprendente benevolencia de la Policía Nacional y los inspectores municipales de tránsito para aplicar papeletas, la situación se agrava.
Esperamos que con los semáforos inteligentes que debe inaugurar la municipalidad provincial dentro de unas semanas, se supere esta inadmisible deficiencia que afecta de manera directa y peligrosa a los transeúntes....
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