Tantas esperanzas e ilusiones había
despertado este equipo peruano que participó en el Sudamericano Sub 20, que nos
hizo pensar en la clasificación.
Con el apoyo moral que llegó desde
la lejana patria creímos que se podía vencer a un adversario tradicional.
Olvidamos que Chile hizo el mejor
puntaje en la primera fase del torneo y que contaba con jugadores determinantes.
Tuvo algunos reveses en el hexagonal, pero logró los puntos
necesarios como estar en ventaja para el encuentro crucial con la bicolor.
El resultado final, nos hizo
volver a la realidad y comprobar que los
partidos se ganan con goles y no por merecimientos.
Hay valores en el cuadro peruano cuyas
cualidades deben pulirse. Como el caso de actuar más en equipo que de manera
personal. Saber cuándo se debe hacer un pase al compañero y cosas por el
estilo.
Perú empezó bien. Expeditivo, rápido,
moviendo la pelota al ras del suelo y con deseos de vulnerar la valla rival.
Su empeño alcanzó frutos pues antes
de los diez minutos ya estaba en ventaja
con un tanto anotado con viveza luego de un ajustado tiro de esquina.
Siguieron otros ataques. Sin
embargo, poco a poco se fue perdiendo la fluidez inicial y el control del medio
campo.
Los araucanos aprovecharon la
situación para adelantar sus líneas, mientras los nuestros en ocasiones inmejorables
demoraban soltar la bola con la rapidez necesaria.
Esto obligó a un sobre esfuerzo de
la zaga nacional que al verse asediada respondió con jugadas fuertes.
En esas condiciones llegó el
violento y seco tiro libre de cerca de cuarenta metros que venció sin atenuantes
a Campos decretando el empate que persistió hasta el final.
Casi sobre la hora, el grito de gol
clasificatorio de Perú nos hizo saltar de los asientos, pero fue anulado por
posición adelantada.
No hubo tiempo para más. En menos de
una semana eliminaron a la Universidad Cesar
Vallejo y a estos jóvenes de la
Sub 20. Ojalá mejoren los resultados en un futuro próximo. Lo
deseamos de corazón...
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