Tiró Ramírez, la pelota ya
rebotó en el arquero y sale fuera.
Perú jugó ayer con Inglaterra en el
mítico Wembley. Fue un partido de preparación para el Mundial de Brasil que
arranca en unos días.
Sin pecar de pesimistas, la derrota
era previsible y se confirmó en la cancha. No
tenemos equipo. Estamos bien eliminados.
Por esa razón vamos a comentar otros
aspectos que, tal vez, pasaron desapercibidos, pero son igualmente importantes.
El primero se vincula a la
informalidad que identifica a nuestro país dentro y fuera de las fronteras.
La escuadra nacional jugó con el uniforme rojo alterno y la camiseta no exhibía el apellido
de los jugadores por ningún lado.
Una falla clamorosa si se tiene en
cuenta que, por disposición de la FIFA, esta norma es obligatoria.
Tiene vigencia en el fútbol profesional donde
tampoco se cumple. La Universidad César Vallejo es una de las pocas
instituciones que la pone en práctica.
Los ingleses valoran el respeto y la cortesía. Cuando se
saludaron los técnicos, el británico lucía impecable, Bengoechea no tenía
corbata.
A pesar que Perú no va al Mundial,
las graderías del estadio estaban repletas. Muestra que la afición apoya a su
cuadro y no subestima a ningún adversario.
Una sola observación del encuentro.
Sobre los 44 del primer tiempo, Ramírez en un mano a mano con el meta Hart
lanzó al cuerpo.
Cuando hay este tipo de acciones con
profesionales de calidad, elevan la pelota sobre el arquero y el gol es
inminente. ¡Nos falta mucho…!
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