Algunos padres eligen nombres de mal gusto para sus hijos. En Italia, una pareja lucha en los tribunales al respecto...
Las discusiones y problemas sobre el nombre que los padres escogen para sus hijos se producen con relativa frecuencia.
Lo cierto es que, existiendo muchos que son tan bonitos y aparentes, en ocasiones, los progenitores seleccionan algunos que hacen fruncir el seño, por decir lo menos.
Personalmente conozco a una chica que se llama Blanca y es morena, casi de piel negra, otra que responde a Linda y, sencillamente, es fea o Angelita que es un verdadero demonio.
No faltan los padres que eligen Cielo para nombrar a su hija y resulta que su vida es un infierno o también Socorro que aparentaría estar en permanente SOS.
En cuanto a los varones, alguien llamado Salvador que no ha liberado ni a su gato, un tal Dedicación que no se sabe que oficio tiene o Purificación que posiblemente sea cura.
Ocurre lo mismo con la señora cuyo nombre y apellido por coincidencia es Zoila Reyna de Salaverry (“Soy la reina de Salaverry”). Salaverry es un puerto peruano.
Estas acotaciones saltan a la mente al conocerse el fallo de la Corte Suprema de Roma, Italia, que acaba de prohibir a una pareja nombrar a su hijo recién nacido Vernedi, “Viernes”, en italiano.
El tribunal sustenta su determinación diciendo que el nombre es “estúpido” y que, en el futuro, provocará burlas.
Se comprueba con facilidad que la designación fue extraída de la novela de Daniel Defoe “Robinson Crusoe” que asocia el apelativo a “servilismo e inferioridad”, según informa la BBC.
Mara, la madre y Roberto, el padre, reclaman poder llamar a su hijo como desean y sostienen que los famosos pueden poner nombres ridículos como Océano o Coco.
Por eso aseguran que asignarán a su hijo Viernes por que les gusta y al próximo hijo, siguiendo con la misma tónica, Miércoles.
El caso ha generado gran expectativa en la península que está a la espera de la decisión final.
Según las leyes italianas, “se cambiará el nombre cuando éste pueda afectar a la vida social del niño y crearle inseguridad”:
El dilema está planteado, pero debe servir de advertencia a los padres para que escojan nombres que merezcan el orgullo y agradecimiento de sus descendientes.
De lo contrario, mortificarán la vida de sus hijos, quienes vivirán siempre confundidos del mal gusto de sus padres…
Lo cierto es que, existiendo muchos que son tan bonitos y aparentes, en ocasiones, los progenitores seleccionan algunos que hacen fruncir el seño, por decir lo menos.
Personalmente conozco a una chica que se llama Blanca y es morena, casi de piel negra, otra que responde a Linda y, sencillamente, es fea o Angelita que es un verdadero demonio.
No faltan los padres que eligen Cielo para nombrar a su hija y resulta que su vida es un infierno o también Socorro que aparentaría estar en permanente SOS.
En cuanto a los varones, alguien llamado Salvador que no ha liberado ni a su gato, un tal Dedicación que no se sabe que oficio tiene o Purificación que posiblemente sea cura.
Ocurre lo mismo con la señora cuyo nombre y apellido por coincidencia es Zoila Reyna de Salaverry (“Soy la reina de Salaverry”). Salaverry es un puerto peruano.
Estas acotaciones saltan a la mente al conocerse el fallo de la Corte Suprema de Roma, Italia, que acaba de prohibir a una pareja nombrar a su hijo recién nacido Vernedi, “Viernes”, en italiano.
El tribunal sustenta su determinación diciendo que el nombre es “estúpido” y que, en el futuro, provocará burlas.
Se comprueba con facilidad que la designación fue extraída de la novela de Daniel Defoe “Robinson Crusoe” que asocia el apelativo a “servilismo e inferioridad”, según informa la BBC.
Mara, la madre y Roberto, el padre, reclaman poder llamar a su hijo como desean y sostienen que los famosos pueden poner nombres ridículos como Océano o Coco.
Por eso aseguran que asignarán a su hijo Viernes por que les gusta y al próximo hijo, siguiendo con la misma tónica, Miércoles.
El caso ha generado gran expectativa en la península que está a la espera de la decisión final.
Según las leyes italianas, “se cambiará el nombre cuando éste pueda afectar a la vida social del niño y crearle inseguridad”:
El dilema está planteado, pero debe servir de advertencia a los padres para que escojan nombres que merezcan el orgullo y agradecimiento de sus descendientes.
De lo contrario, mortificarán la vida de sus hijos, quienes vivirán siempre confundidos del mal gusto de sus padres…
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