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Como cada año, el archipiélago de Kiribati, debido a su ubicación geográfica justo sobre la línea internacional del cambio horario, fue el primero en recibir el 2009.
Formado por treintitrés atolones coralinos y una isla volcánica llamada Banaba, sus habitantes celebraron el acontecimiento con fuegos artificiales, música y bailes.
Dos horas después, correspondió a Nueva Zelanda y Australia, ubicados sobre el océano Pacífico.
Un millón de personas y cuatro mil embarcaciones se concentraron en el puerto de Sydney teniendo como fondo los edificios emblemáticos de la Casa de la Ópera y el Harbour Brigde.
Cien mil cohetes, cometas y fuegos artificiales diversos fueron lanzados desde ciento doce puntos distintos ofreciendo un impresionante espectáculo pirotécnico de sonido y color.
“Si podemos conseguir que la gente olvide todo y piense sólo en los fuegos artificiales por quince o veinte minutos, habremos hecho nuestro trabajo” dijo el director del programa del canal Sky Televisión.
Los festejos continuaron en la ciudad-estado de Singapur donde más de doscientas cincuenta personas acudieron al Marina Bay para admirar los fuegos artificiales.
Millones repitieron la escena en las horas sucesivas. Todo fue alegría, brindis y buenos deseos.
Anhelos que, esperamos, vayan de la mano con el orden y la paz mundial, quebrantada con inexplicable facilidad hasta ahora.
Que el nuevo año permita a los gobernantes del mundo y la población entera tentar siquiera ser más humanos que antes…
Formado por treintitrés atolones coralinos y una isla volcánica llamada Banaba, sus habitantes celebraron el acontecimiento con fuegos artificiales, música y bailes.
Dos horas después, correspondió a Nueva Zelanda y Australia, ubicados sobre el océano Pacífico.
Un millón de personas y cuatro mil embarcaciones se concentraron en el puerto de Sydney teniendo como fondo los edificios emblemáticos de la Casa de la Ópera y el Harbour Brigde.
Cien mil cohetes, cometas y fuegos artificiales diversos fueron lanzados desde ciento doce puntos distintos ofreciendo un impresionante espectáculo pirotécnico de sonido y color.
“Si podemos conseguir que la gente olvide todo y piense sólo en los fuegos artificiales por quince o veinte minutos, habremos hecho nuestro trabajo” dijo el director del programa del canal Sky Televisión.
Los festejos continuaron en la ciudad-estado de Singapur donde más de doscientas cincuenta personas acudieron al Marina Bay para admirar los fuegos artificiales.
Millones repitieron la escena en las horas sucesivas. Todo fue alegría, brindis y buenos deseos.
Anhelos que, esperamos, vayan de la mano con el orden y la paz mundial, quebrantada con inexplicable facilidad hasta ahora.
Que el nuevo año permita a los gobernantes del mundo y la población entera tentar siquiera ser más humanos que antes…