Las puertas levadizas son prácticas y atractivas, pero peligrosas cuando carecen de alarmas...
Como producto del desarrollo tecnológico, numerosas cocheras de las residencias y edificios multifamiliares de Trujillo han empezado a ser dotados de puertas levadizas.
Se trata de aquellas que, por si solas o en forma automática, se abren o cierran mediante un dispositivo especial.
La decisión de los propietarios de incorporar o cambiar los tradicionales portones por el nuevo sistema es excelente. Además, que constituye una muestra de progreso.
Aparte que resulta muy práctico, pues cuando el vehículo está en marcha basta con oprimir un botón para operarlos.
Y es justamente en ese instante que empieza el peligro para las personas que tienen la mala suerte de caminar por las inmediaciones.
Resulta que el único que tiene conocimiento que el portón va a movilizarse es el piloto. No existe ninguna forma de alertar a los peatones sobre la situación que se cierne sobre ellos. Mucho más si están distraídos.
La explicación es simple. Este tipo de mecanismos fue inventado para las fachadas que están ubicadas unos metros más atrás de la pared frontal.
De tal manera que al abrirse o cerrarse no afectan para nada el normal y seguro desplazamiento de los ciudadanos que se trasladan por las veredas.
Pero, como todo tiene solución, hay algunos conscientes dueños de viviendas que, demostrando un alto sentido de responsabilidad, han colocado sirenas conectadas al movimiento de las puertas levadizas.
Antes que el maderamen empiece su accionar, se produce un sonido, acompañado de una luz intermitente, que advierte a las personas que están cerca del peligro.
Fatalmente, las propiedades con estos elementos de seguridad son muy escasas.
Entonces es competencia de la gerencia municipal correspondiente, exigir la instalación de las alarmas que mencionamos.
El llamado también puede ser asumido como propuesta de servicio público en sesión de concejo por alguno de los regidores.
Debemos considerar que el objetivo fundamental es proteger la salud y la vida de los seres humanos, pues la existencia de esta clase de puertas constituye un riesgo latente para la gente.
No debemos esperar que se produzca un accidente para después lamentarnos y empezar a tomar las medidas correctivas.
La actitud debe adoptarse de inmediato coordinando con los dueños que han instalado este sistema en el mismo límite donde empieza la acera.
Todos estamos advertidos...
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