Calamitoso estado de la vía a unos cuantos metros de la plaza de armas y el municipio de Trujillo. Es la quinta cuadra de Diego de Almagro...
Aunque por costumbre o cumplido trate de decirse lo contrario, nuestra ciudad, especialmente en el centro cívico, se observa descuidada.
No sólo eso, la visión panorámica permite captar un desorden generalizado. Originado, especialmente, por el descontrolado movimiento vehicular.
Pero, al margen de esa situación que constituye un atentado contra nuestra tradición, la falta de atención invade otros aspectos vitales.
Es el caso de las áreas de circulación vial, especialmente las que están construidas a base de adoquines.
Parece increíble, pero es cierto. Lo que ustedes aprecian forma parte de una de las calles más céntricas de Trujillo.
La imagen es real. No hay ningún truco o retoque fotográfico
Los rectangulares y pesados trozos de piedra cortada se exhiben totalmente desnivelados, desalineados y, para colmo, hundidos.
Todos ellos ocupan una considerable zona de intenso tránsito vehicular. El problema existe desde hace mucho tiempo.
Cualquiera puede comprobarlo al caminar por la cuadra cinco del jirón Diego de Almagro. A sólo unos cuantos metros de la plaza de armas y la Municipalidad Provincial de Trujillo.
Lo condenable es que desde hace algunas semanas el municipio ha iniciado una campaña de reparación de la cinta asfáltica en diversos sectores de la ciudad.
Sin embargo, para nada se han tenido en cuenta las desordenadas estructuras de adoquines que representan un legado de la época colonial.
Lo que más preocupa es que ninguna autoridad edilicia, regidor, funcionario o trabajador muncipal, haya optado por tomar alguna decisión, a pesar de ser el paso obligado de sus vehículos.
Lamentable por nuestra ciudad que de ninguna manera se merece ser tratada con la indiferencia como la que comentamos.
La desubicación de los adoquines es tal que cualquier persona está expuesta a sufrir un accidente a causa de una caída o resbalón.
El llamado está dirigido a los responsables de la inspección de Obras Públicas para que dispongan la reparación correspondiente.
No hay necesidad de efectuar visita previa alguna. Las evidencias están a la vista de todos. Lo que se aprecia en la imagen posee el suficiente crédito.
Ahora sólo falta actuar…
Aunque por costumbre o cumplido trate de decirse lo contrario, nuestra ciudad, especialmente en el centro cívico, se observa descuidada.
No sólo eso, la visión panorámica permite captar un desorden generalizado. Originado, especialmente, por el descontrolado movimiento vehicular.
Pero, al margen de esa situación que constituye un atentado contra nuestra tradición, la falta de atención invade otros aspectos vitales.
Es el caso de las áreas de circulación vial, especialmente las que están construidas a base de adoquines.
Parece increíble, pero es cierto. Lo que ustedes aprecian forma parte de una de las calles más céntricas de Trujillo.
La imagen es real. No hay ningún truco o retoque fotográfico
Los rectangulares y pesados trozos de piedra cortada se exhiben totalmente desnivelados, desalineados y, para colmo, hundidos.
Todos ellos ocupan una considerable zona de intenso tránsito vehicular. El problema existe desde hace mucho tiempo.
Cualquiera puede comprobarlo al caminar por la cuadra cinco del jirón Diego de Almagro. A sólo unos cuantos metros de la plaza de armas y la Municipalidad Provincial de Trujillo.
Lo condenable es que desde hace algunas semanas el municipio ha iniciado una campaña de reparación de la cinta asfáltica en diversos sectores de la ciudad.
Sin embargo, para nada se han tenido en cuenta las desordenadas estructuras de adoquines que representan un legado de la época colonial.
Lo que más preocupa es que ninguna autoridad edilicia, regidor, funcionario o trabajador muncipal, haya optado por tomar alguna decisión, a pesar de ser el paso obligado de sus vehículos.
Lamentable por nuestra ciudad que de ninguna manera se merece ser tratada con la indiferencia como la que comentamos.
La desubicación de los adoquines es tal que cualquier persona está expuesta a sufrir un accidente a causa de una caída o resbalón.
El llamado está dirigido a los responsables de la inspección de Obras Públicas para que dispongan la reparación correspondiente.
No hay necesidad de efectuar visita previa alguna. Las evidencias están a la vista de todos. Lo que se aprecia en la imagen posee el suficiente crédito.
Ahora sólo falta actuar…
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