Yuma
Hasegawa, un joven japonés como cualquier otro, cumplió veinte años a fines de
setiembre último y, según la ley, alcanzó la mayoría de edad.
Como tal,
es una persona adulta. Por lo tanto, tiene diversas responsabilidades que debe
cumplir al pie de la letra.
Así se lo
recordaron sus padres mediante un original
escrito que, en vez de contener las tradicionales expresiones de felicitación,
le brinda una serie de consejos para el futuro.
Conmovido
hasta lo más profundo de su ser y apoyado en las redes sociales, el muchacho publicó
en Twitter el mensaje que reproducimos:
“Yuma: ¡Feliz
20 años! Aviso de caducidad del servicio
de crianza de hijo
Al 4 de
octubre de 2015, tu padre, Yoshikazu Hasegawa, y tu madre, Chiaki Hasegawa, han
completado sus tareas de crianza de su hijo: tú, Yuma Hasegawa.
En
adelante, por favor, sé un miembro correcto y responsable de la sociedad, al
igual que tu padre y tu madre.
En caso de
seguir viviendo en la casa de la familia Hasegawa, por favor haz un pago mensual
de 20.000 yenes (poco más de quinientos soles) para gastos de alquiler,
servicios y alimentación.
También,
por favor ten en cuenta que si solicitas un préstamo a tus padres, se te cobrarán
intereses.
Puntos a
tener en cuenta al llegar a la edad de veinte años:
-- Tienes
que cumplir los pagos obligatorios de pensiones. Si los aplazas vas a tener
problemas. Por eso, debes pagar.
-- En caso
que cometas un delito, tu cara y tu nombre serán mostrados en la televisión y
los periódicos. Tendrás un registro criminal permanente.
.
-- Ahora
puedes comprar alcohol y tabaco. No conduzcas si estás borracho.
-- Te
puedes casar sin el permiso de tus padres. Sin embargo, ellos no podrían
aceptar emocionalmente a tu esposa como nuera si antes no has hablado con
ellos.
-- Piensa responsablemente sobre el
futuro y ahorra una cantidad adecuada del dinero que ganes.
--
Por favor, disfruta de tu vida como un adulto”.
Impresionantes palabras. ¿Verdad…? Parecen demasiado
duras e insensibles. Pero están ajustadas a la realidad. Es que los padres no
existen para criar por siempre a los hijos.
Ellos
tienen una misión. Gestar, formar y educarlos dentro del seno del hogar.
Mientras son niños y jóvenes necesitan todo el apoyo y protección hasta llegar
ser mayores.
A partir de
allí, con el dolor en el corazón de los progenitores, tendrán que salir a
buscarse la supervivencia trabajando con decoro.
Solo así
aprenderán a ser ciudadanos responsables, honestos y dignificarán el apellido
de quienes le dieron el ser.
Sin desearlo, padres e hijo
protagonizaron una historia real que brinda a la sociedad una gratísima y
hermosa lección para la vida…
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